Origen de la palabra “filosofía”.
Se dice que fue Pitágoras (siglo VI a.C.) quien inventó la palabra “filosofía”:

“Habiéndole preguntado León, tirano de los fliasios, quién era, dijo: “Filósofo”. Y así comparaba la vida humana a un concurso festivo de toda clase de gentes; pues así como unos vienen a él a luchar, otros a comprar y vender, y otros, que son los mejores, a ver, también en la vida unos nacen esclavos de la gloria, otros cazadores de haberes y otros filósofos, amantes de la virtud.” (DIÓGENES LAERCIO, Vidas, opiniones y sentencias de los filósofos más ilustres. Madrid, Aguilar, p. 404.)


Lee el siguiente texto de Aristóteles sobre el origen de la filosofía. Indaga sobre él sabiendo que fue un filósofo griego del siglo IV antes de Cristo.

“Pues los hombres comienzan y comenzaron siempre a filosofar movidos por la admiración; al principio, admirados por los fenómenos sorprendentes poco comunes; luego, avanzando poco a poco y planteándose problemas mayores, como los cambios de la Luna y los relativos al Sol y las estrellas, y la generación del Universo. Pero el que se plantea un problema o se admira, reconoce su ignorancia. (Por eso también el que ama los mitos es en cierto modo filósofo; pues el mito se compone de elementos maravillosos.) De suerte que, si filosofaron para huir de la ignorancia, es claro que buscaban el saber en vista del conocimiento, y no por utilidad alguna. Y así lo atestigua lo ocurrido. Pues esta disciplina comenzó a buscarse cuando ya existían casi todas las cosas necesarias y las relativas al descanso y al ornato de la vida.”
Aristóteles, Metafísica, 982 G10-25.

Actividad se entrega a los alumnos una copia de la viñeta de Forges y se les incita a que reflexionen sobre la actitud filosófica, su sentido y su necesidad.

Comenta la siguiente viñeta de Antonio Fraguas “Forges”. ¿A qué crees que se refiere?



La dificultad de la definición de la filosofía.

Filo-sofía es, etimológicamente, “amor a la sabiduría”. Y así, Platón  (Atenas, siglo IV a.C) jugó hábilmente con estos términos:

“El Amor es hijo de Penía [la Pobreza] y de Poro [el Recurso], y se encuentra en la situación siguiente: en primer lugar, es siempre pobre, y está muy lejos de ser delicado y bello. [...] Mas por otra parte, según la condición de su padre, [...] es valeroso, intrépido y diligente; cazador temible, que siempre urde alguna trama; es apasionado por la sabiduría y fértil en recursos; filosofo a  lo largo de toda su vida y es un charlatán terrible, un embelesador y un sofista [...]. No es pobre jamás el Amor, ni tampoco rico. Se encuentra en el término medio entre la sabiduría y la ignorancia. Pues he aquí lo que sucede: ninguno de los dioses filosofa ni desea hacerse sabio, porque ya lo es, ni filosofa aquel que es sabio. Pero, a su vez, los ignorantes ni filosofan ni desean hacerse sabios, pues en esto estriba el mal de la ignorancia: en no ser ni noble, ni bueno, ni sabio, y tener la ilusión de serlo en grado suficiente. [...] Sólo filosofan los intermedios entre unos y otros, entre los cuales también está el Amor. Pues es la sabiduría una de las cosas más bellas, y el Amor es siempre amor de lo bello, de suerte que es necesario que el Amor sea filósofo, y, por ser filósofo, algo intermedio entre el sabio y el ignorante. Y la causa de estas tendencias ingénitas en él es su origen, pues es hijo de un padre sabio y rico en recursos, y de una madre que no es sabia y carece de ellos.”  (PLATÓN, Banquete, 202 e)


ü  Karl R. Popper, filósofo austriaco del siglo XX.

“Todos los hombres y todas las mujeres son filósofos, o, permítasenos decir, si ellos no son conscientes de tener problemas filosóficos, tienen en cualquier caso prejuicios filosóficos. La mayor parte de estos prejuicios son teorías que los humanos inconscientemente dan por sentadas o que han absorbido de su ambiente intelectual o de la tradición.
Puesto que pocas de estas teorías son conscientemente sostenidas, constituyen prejuicios en el sentido de que son sostenidas sin examen crítico, incluso a pesar de que puedan ser de gran importancia para las acciones prácticas de la gente y para su vida entera.
Una justificación de la existencia de la filosofía profesional reside en el hecho de que los hombres necesitan que hay quien examine críticamente estas extendidas e influyentes teorías.
Este es el inseguro punto de partida de toda ciencia y de toda filosofía. Toda filosofía debe partir de las dudosas y a menudo perniciosas concepciones del sentido común acrítico. Su objetivo es el sentido común crítico e ilustrado; una concepción más próxima a la verdad y con una influencia menos perniciosa sobre la vida humana.”
K. R. Popper, Cómo veo la filosofía, pág. 64



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